
El martes 11 de septiembre de 2001, cuatro aviones comerciales fueron secuestrados por 19 miembros de Al Qaeda y convertidos en misiles dirigidos a objetivos civiles y militares de Estados Unidos. Dos de esas aeronaves impactaron las Torres Gemelas del World Trade Center en Nueva York, otra se estrelló contra el Pentágono y la última cayó en un campo de Shanksville, Pensilvania, tras la heroica resistencia de sus pasajeros.